jueves, 27 de noviembre de 2008

SI HOY ES JUEVES Y TENGO RESACA ES QUE ANOCHÉ SALÍ AUNQUE FUERA MIÉRCOLES.





    Si hoy es jueves y tengo resaca, anoche salí. Parezco los alcohólicos anónimos en sus reuniones: me llamo Fulanito y soy borracho. Anoche miércoles salí y bebí, primero en la cena y luego en los bares, pero fue por razones sociales, ojo. Estuve con el jurado de los documentales del cual formo parte. Un peculiar y culto jurado, aunque no coincido con ellos en muchas cuestiones, estéticas sobre todo. Debe ser que no soy ni tan peculiar ni tan culto. Aunque peculiar peculiar (empleo una palabra suavecita) la pareja organizadora. Hace años quedaron conmigo, los dos, para consultarme si yo veía bien que él dejase todo -trabajo fijo, dos hijos-, para irse a Madrid a estudiar cine. Le dije que no. No sé porque me tienen que preguntar a mí esas cosas, si yo soy un irresponsable y un conservador para cuestiones familiares. Y precisamente hablando de familia y de documentales, me ha gustado uno de ellos donde una familia con la excusa de la memoria y del pasado saca a relucir todos los platos sucios y los trapos rotos que habitan en ella (el padre un maltratador y la madre una puta, literalmente).   Me encantan las películas donde una familia se destroza y se devora así misma delante de los demás, debe purificar muchísimo. A mí no me importaría participar en una ceremonia así con la familia o los amigos, creo que saldría vencedor (ja-ja). El docu al que me refería se llama "la madre que os parió". Hay dos pelís, por citar alguna,  sobre esto que me gustan especialmente: "El desencanto" y "La Celebración". Destrozarse desde dentro debe ser muy saludable e higiénico. 
  En la noche de anoche miércoles (el día más tonto de la semana) no había mucha gente pero algo había. Me fui con el gallego que me contó las ultimas novedades del doble asesinato cometido por aquí recientemente. Él ha leído el sumario y sabe bastante. No es un caso fácil y por tanto atractivo para los aficionados a la literatura policiaca (en uno de los cuerpos había semen donde no es habitual que haya y uno de los hijos es sospecho). 
   Tomar copas un miércoles por la noche conlleva el riesgo de encontrar admiradores, y los encontré. Qué manía con recordarme el glorioso pasado. Y me jode que para alabarme  hundan a otros que quiero. Si es a los que no quiero, de puta madre, les animo aún más, pero a los que quiero no me sienta bien.  Debería estar agradecido con mis seguidores pero no lo estoy, aunque soy supereducado delante de ellos, tanto que uno me regaló una sustancia. Gracias uno. 
  Llevo varios días sin escribir aquí y me siento mal e indisciplinado. Esto me lo puse como una obligación en esta etapa vaca-accional. Intento justificarme aduciendo otras obligaciones que surgen sin parar, pero no me consuela y encima alguien al que quiero me ha vuelto a decepcionar. Valoro mucho (lo que más) el trabajo que hacen los que no tienen obligación de hacerlo. Para mí es el mejor curriculum. No es el caso de este. No sabe de respeto y  de ahí viene todo. Tengo que hacer algo.
   El domingo saldrá una entrevista donde digo cosas y me quedo tan contento. Espero salir guapo. El corto de las mentiras se está retrasando pero a la vez se están facilitando mucho las tareas técnicas, son jóvenes y desconocidos,  y se han prestado a ayudarme porque les interesa el proyecto, respetan mi labor y saben que van a disfrutarlo. En los ensayos del texto la cuñada acertó y acerté. 
   En la cena de ayer en un solitario salón de un céntrico hotel estábamos 8 personas deliberando, comiendo y bebiendo un delicioso vino tinto (El postre riquísimo: repápalos con chocolate). En mitad de la cena y la deliberación, uno de los camareros se acercó a mí y discretamente me dijo que mi esposa estaba en el baño y había pedido que yo me acercara hasta allí. Ni tengo esposa (ni la tendré), ni la señorita que estaba a mi lado (que en ese momento no estaba)  tenía relación alguna conmigo. Nos conocíamos solamente por razones profesionales. Pensé que el camarero se había confundido por encontrarme casualmente sentado junto a ella. Pero es que además la citada señorita, o señora, no había llevado marido a la cena. Y ¿entonces a que viene todo esto?. Dudé un momento pero decidí levantarme y acercarme al baño, tal vez tuviera algún problema y necesitase ayuda.  Llamé a la puerta del servicio de señoras y entré. Y allí estaba ella pintándose los labios delante del espejo. Pregunté si tenía algún problema, si pasaba algo. Se volvió hacia mí y me dijo: "Quiero pedirte un favor. Me voy a ausentar de la cena un rato, necesito una coartada y tú me puede ayudar ". Confundido y extrañado le pedí que fuera algo más concreta. Y lo fue sin cortarse un pelo: "Tengo un amante esperándome  arriba en una habitación de este hotel, he quedado con él en unos minutos y  si viene mi marido a buscarme antes de que yo regrese, que vendrá seguramente- , quiero que tú le cuentes una historia verosímil sobre mi ausencia y le convenzas".   "¿Y por qué yo?" pregunté. "Eres el más listo de todos los comensales, mi amante me lo ha dicho, sois amigos los dos" me respondió. Ante esto mi curiosidad y perplejidad  fue en aumento y sólo pude preguntar lo obvio:  "¿Quien es tu amante y mi supuesto amigo?". A lo que ella cerrando el pintalabios contestó:  "Yo no te lo voy a decir, que te lo diga él si quiere. Pero creo que le debes un favor por algo parecido a esto". 
   

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