sábado, 17 de enero de 2009

ESTOY ESCRIBIENDO POR DISCIPLINA






Estoy escribiendo por disciplina. Desde hace días hago cosas por obligación y no por devoción, ¡vaya novedad!.  El 99 % de la gente seguro que también, yo era la excepción. Hasta hace unos meses no sabía muy bien lo que era la otra vida real, ahora no sólo lo sé sino que además no me está gustando mucho. Por ejemplo nunca he sabido bien lo que era la cuesta de enero, ahora sí. Cada mañana tengo que ponerme a escalar este enero maldito que además de estar alto parece cada vez más inclinado y tengo la sensación de que encima me voy a pegar una hostia cuando esté llegando y tendré que volver a iniciar la subida. En cada peldaño, roto, me detengo a pensar más que a subir y todo lo que pienso es todo menos bueno, y es duro, en definitiva es real. Tengo la sensación de haber tardado todos estos años en llegar a la madurez y resulta que la madurez era esto. Me vuelvo para atrás, no me gusta, pero no puedo.
     Y por si fuera poco la vida alrededor continua como si nada. Si fuera fácil, si fuera posible, si tuviera cojones, volvería a empezar en otra dimensión totalmente diferente. O en mitad del campo desierto o en mitad de la ciudad más poblada del mundo. Y tal vez no sea tan difícil como me parece, he hecho cosas más complicadas, pero es que ahora todo me parece mucho más duro, y tal vez no lo sea pero a mí ahora me cuesta hasta cerrar los ojos porque se que al abrirlos voy a ver lo mismo. ¡Joder!. 
    Ayer estuve por disciplina (ahora todo lo hago por disciplina,hasta levantarme) desde las 4 hasta las 11 pasando el bruto del vídeo al ordenador para empezar el montaje. Me acompaño el realizador y cámara. Era por disciplina y lo aguanté. ¿Tendré que empezar a aguantarme más cosas?. Me he dado cuenta de que soy un poco cobarde, y yo y los demás pensábamos que no.  
  Anoche vi en la tv la entrega de los Globos de Oro y vi a un Mickey Rourke resucitado de su olvido ganando el premio al mejor actor (The Wrestler, el luchador) y dando las gracias a sus perros porque cuando uno está solo, dijo, los perros permanecen siempre con uno, pase lo que pase. Y yo miré a mi perro que siempre me está sonriendo, aunque no sepa sonreír, y le dije gracias Remo, tú si que sabes. Me jode comparar mi situación con  la de Mickey Rourke y me jode caer en la puta trampa de creer que soy el culpable, encima eso. ¿Cómo puede alguien conseguir que me crea una puta mierda, que pierda la autoestima, que me olvide de las ilusiones, que me quite las ganas, que mande todo a tomar por culo después de todo lo que he conseguido?. 
  También he visto Gomorra y a ellos les vale más una pistola que una conversación. Después de todo la vida sigue al margen de uno. 
   Un día cuando tenía 16 años me propuse conseguir algo mediante métodos no muy amables. No salió, porque ni siquiera lo intenté. Y siempre me he reprochado no haberlo intentado al menos. En el fondo soy gilipollasmente bueno y lo que me pasa me pasa por eso. 
  (Hoy no cuento más, ya sé que siempre termino con una historia, verdad o no, pero como estoy escribiendo por obligación ya no escribo más, no disfruto).

martes, 13 de enero de 2009

No me está gustando el mes y la venganza es dulce.






  Me siento tan aislado que puedo palpar la distancia entre mí y mi presencia. (Pessoa)
  No me están gustando algunos días de enero, no me está resultando fácil andar detrás de las agujas de reloj, no me descansan los paseos, no consigo escribir lo que debo, no dejo de picar, no dejo de esperar. Nunca entendí que los días climatológicamente grises y lluviosos pudieran resultar tristes, al contrario me han entusiasmado muchas veces. Pero hoy es gris y lluvioso y el día me está desconsolando. La respuesta fácil a esto sería: no es el día eres tú. ¡Odio las respuestas fáciles y obvias!.
   Mi sobrina ha terminado su carrera y echa de menos la universidad. Hoy se hace preguntas que yo no me hice a su edad. Yo directamente iba a las respuestas sin pararme en las preguntas. Dice con 23 años que yo soy un atrevido. Claro por eso estoy de vaca-acciones. 
   Pero no me arrepiento, de eso al menos. Me arrepiento de otras cosas que entonces me parecían menores y ahora se me antojan mayores. Lamento tanto juego, tanta prisa, tantas ganas, tanta imprevisión, tanta insensibilidad, tanta seriedad, tanta idiotez. 
   Me pregunto en voz baja si  no estaré siendo un maleducado conmigo mismo. Con los demás por supuesto. Y no aprendo. 
   Hace dos días nos reunimos 14 personas en la casa de la ex de mi exseñorito. A comer, a beber, a gritar, a reír, a mentir, a compartir, a desear..  y (alguno) a sufrir. 14 personas en torno a una mesa es lo más parecido a una granja. Nunca antes habíamos tenido mejor contenedor que contenido. La anfitriona supo aprovecharse de nosotros sirviéndonos de lujo. Hizo la fiesta y disfrutó como ninguna. Esos son los buenos anfitriones. 
     Y en toda buena fiesta (según los romanos) para regocijarse bien,  alguien tiene que sufrir. ¿Si no ves a alguien pasarlo mal como vas a saber si lo estás pasando bien?. 
     La víctima se había elegido ella misma (como todas la víctimas). La traición al compromiso Roma la paga cara. Nosotros no íbamos a ser menos.  Y además unanimidad total. ¡13 contra 1!.
  Empieza la comida, entran todos y entre todos consiguen que la víctima sea la última. No hay silla para ella. (Qué se joda.1). Qué coma de pie. Así veremos todos, y mejor, la humillación. 
   Se reparte la sopa caliente, con tranquilidad. La víctima es la última en recibirla . ¿Está fría? Ay lo siento. (Qué se joda.2)
   Y ya que está de pie y para no molestar a tantos, que vaya la víctima a por agua a la cocina. 
¡Sí que vaya! Gritan todos. (Qué se joda.3)
  En estos momentos la víctima empieza a notar cierto síndrome de criada y todos afirmamos que sí, y que le sienta muy bien por cierto. 
  Mientras la chacha/víctima va a por agua a la cocina. Le servimos en su segundo plato algo especial. Y se fiará mucho, todo, porque es el plato que él ha cocinado. Pero sólo tiene la salsa que lo cubre, debajo hay otra "cosa", y no precisamente la carne que tan apetitosamente ha preparado. Creyendo que con eso salvaría su pellejo. (Qué se joda.4)
   Cualquiera de los 13 comensales (todos estamos deseando) le dice: "te hemos servido a ti primero para que pruebes tu plato antes, así nos fiaremos  y podremos comerlo nosotros tranquilos, no nos fiamos de ti, ¡perra!".  
    La víctima/cocinera sonríe y se lleva el primer bocado a su boca. Y al segundo lo vomita. 
    Ja ja ja ja ja ja ja,ja, ja , ja , ja , ja , ja  decimos los 13. Hemos sustituido la carne por corcho con pimienta y salsa picante. No le hace mucha gracia. Objetivo cumplido. (Qué se joda.5)
    Llega la hora de la mentira sincera. Y la víctima se la cree, sino no sería víctima. Piensa que la venganza ya ha acabado. 
     Pero si 13 personas están de acuerdo es imposible que algo tan placentero acabe tan pronto. ¡Más, queremos más!. (Qué se joda.6)
   Llega la hora del postre. Alguien ha hecho algo exquisito con almendras y crema de chocolate caliente con helado de nata....mmmmm
   La víctima no es muy golosera (y tal vez tampoco se fíe). Dice no querer esa exquisitez, manjar de diosas (ella no lo es, una víctima no puede ser diosa). Pero alguien  (cómplice y nada sospechosa para él) le provoca y le invita a probar un poquito de su cuchara. La víctima accede y cae. Como era de esperar. Todos suspiramos aliviados, sin que se note. "Bueno dame un poco que lo pruebe , está bueno" dice la víctima. Justo la frase que todos esperábamos para poner en marcha la penúltima broma/justicia alimenticia. (Qué se joda.7)
     Mientras la cómplice aparentemente nada sospechosa le entretiene hablándo de posible dinero, le damos el cambiazo a su postre. Echamos en su plato comida para perros, carne pastosa con arroz, pero todo lo cubrimos con crema de chocolate caliente. ¡Cómo huele!. 
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   Se enfadó por supuesto que se enfadó. No más de lo que habíamos previsto. Por lo tanto podíamos llevar a cabo la última venganza/broma/justicia. La aguantaría perfectamente, las víctimas tienen un mecanismo especial que hace que si superan la primera tortura ya pueden superar todas las demás. 
   Hemos invitado a una persona a la fiesta que no estaba prevista. Llega a la hora acordada, la hora del café y las pastas. Es negro, de Nigeria, fuerte, atractivo, joven, muy simpático, y nada tímido.  El cómplice perfecto para cobrarnos la última factura.  Se sienta "casualmente" junto a la víctima. Y "casualmente" tienen ambos, víctima y cómplice/verdugo, gustos similares, temas en común, charla amena. 
   Dos horas después la víctima está literalmente encantado por el de Nigeria. Le ha cambiado hasta el color de la cara. Y ante tanta sinceridad y buen rollito ente los dos , el negro no tiene más remedio que contarle su drama. Y a la víctima le vuelve a cambiar el color de la cara. Parece un semáforo. 
  Para resumir: Cuando la víctima se ha puesto en su lugar, ha sufrido su drama con él y está dispuesto a ayudarle; le descubrimos que todo es mentira y que tranquilo que ya no habrá más venganzas. (Qué se joda.8)
 (Por ahora)
  
   
   
  

domingo, 11 de enero de 2009

DOMINGO DE DUDAS Y CHINOS INMUTABLES.


      No puedo entender tantas cosas. No sé porque rechazo algo y luego me entusiasmo con todo lo contrario si es muy parecido. Hoy es domingo por la mañana. Generalmente me paso las mañanas de los domingos en la cama, pero anoche me acosté temprano y he dormido suficiente. Me acosté temprano y acompañado, era como tener dos almohadas. Hay que ver lo que uno aprende con los años y no me refiero a mí. 
  Y esta mañana me he levantado y he enviado una frase/pregunta sin respuesta. Estoy confuso siempre en estos casos. Busco algo que no tenga nada que ver conmigo, pero si no tiene nada que ver conmigo luego no sale bien. Definitivamente estoy confuso. ¿No será que en realidad busco algo que someter?. Aunque a veces pienso que en realidad estoy en el lugar equivocado y lo que hago es buscar el acertado, pero donde busco no puede estar. Pero por otra parte aunque sea el equivocado me gusta, al menos en ciertos momentos. Y luego huyo de esos momentos para encontrar algo que suponga todo lo contrario, y cuando lo encuentro estoy la mar de bien. Aunque también me canso. Diosssss que asco de contradicciones!!, me gustaría estar programado para sentir en cada momento lo que corresponde. Tengo un sueño y creo que merezco que algún día se cumpla. (Aunque al día siguiente esté arrepentido). 
   Ayer mi casa fue un set de rodaje. Todo el equipo del corto de las mentiras puso patas arriba mi  casa y durante todo  todo el día. Hice de director, productor, técnico, empujador, masajeador, iluminador y encima puse la cama. Sin embargo no era buen día para mí, al final se arregló cuando vi en el monitor las primeras tomas. Me gustaron y me arreglaron el día. Si en el fondo soy un chico fácil, cualquier cosa me alegra, me cambia. Y como agradecimiento dije voy a dame un homenaje y llamé a la almohada a la que hacía referencia la principio. 
  Dentro de unas horas tengo comida/jaleo. Me gustan. Voy a llevar un postre que voy a inventar. Y un regalo o 2 a mi amigo visible. 
   Ayer durante el rodaje del corto en mi casa, pedimos la comida a un chino. Y vino un chino a traerla. Mientras le esperábamos se me ocurrió que podíamos meter al chino en el corto. ¿Cómo?. La escena que estábamos rodando en mi casa era la siguiente: dos amantes se han conocido en la calle y acuden a casa de uno a "celebrarlo". Mientras lo celebran llega un familiar del dueño de la casa y los pilla celebrándolo. Este es el guión oficial. Pero vamos a meter al chino en este guión. Y fue pensarlo y hacerlo. 
   A la media hora llaman al portero automático, es el chino con la comida amarilla. Le abrimos y dejamos la puerta de la casa entreabierta. Llega el chino y toca el timbre. Desde dentro le decimos: "pase por favor hasta dentro, al final del pasillo". El chino algo confundido hace lo que le decimos. Seguimos indicándole, sin que nos vea, a donde tiene que dirigirse. Llega a la puerta del dormitorio donde están los dos amantes metidos en la cama y simulando "amor". El chino llama a la puerta. La cámara está dentro grabando pero escondida para que lo no la vea ni sospeche. Una voz le dice: "entre por favor". El chino entra y ligeramente, sólo ligeramente, se sorprende al ver a dos hombre metidos en la cama y "amándose". "Hola buenas tardes, este es su pedido". Dice el chino con su español achinado. "Son 37 eulos". Uno de los actores se levanta de la cama completamente desnudo y busca el dinero en la cartera. El chino prácticamente ni se inmuta. El actor le da el dinero. El chino dice gracias, se da la vuelta y se va.   

viernes, 9 de enero de 2009

Estoy de gira y la historia del masajeador.





        Hace dos días se produjo una situación singular en mi vida pseudoprofesional. Fui al teatro de Badajoz a una rueda de prensa como creador y no como organizador o patrocinador, que ha sido lo habitual y lo que he hecho siempre en las ruedas de prensa. El haber escrito una canción para el nuevo disco de Manuela Roque me está convirtiendo en algo que hasta ahora no había sido (y mira que he sido cosas) y tengo la sensación de estar de gira con ella. El otro día en el teatro de su pueblo me sacó al escenario, luego rueda de prensa y esta noche presento su concierto en Badajoz. Ya te digo estoy de gira, como letrista de una cantante. 
       También hace dos días y por el mismo motivo sonó de nuevo mi voz en la emisora de todos y que está pasando tiempos convulsos. Me entrevistó por teléfono el hombre de la cultura que ni es aburrido ni es pedante, es divertido y de Trujillo. Me sentí cómodo hablando en esa mi antigua casa y la casa que espero vuelva a ser de nuevo de todos y con todos. Y luego recibí la llamada y así me he quedado. Me vino bien porque me levante muy mal, muy mal.
      Estoy empezando a querer a la ternura y al abrazo, y no sé si ahora me conviene un compromiso, aunque lo desee. Pero a los deseos del corazón no siempre hay que hacerles caso ¿O si? ¿O no?. Comimos un pollo asado, nos abrazamos y tan anchos. Me gusta. 
     En la entretenida merienda de una tarde pasada lo pasé bien, pero lo cortes no quita lo valiente. En la divertida merienda (con buena anfitriona incluida) alguien adquirió un compromiso y un día después lo rompió. ¡Qué feo!. Siempre he mantenido que los compromisos tienen mas obligación entre amigos que entre profesionales. Hoy el de la calle Caleros (qué también los incumple de vez en cuando) le justifica argumentando un mal momento en su actual vida..¿Y yo qué?.
      En vaca-acciones no he regalado nada de reyes, no sé si puedo, pero no me atrevo. Ellos conmigo sí. Les debo cariño, porque el cariño no está de vaca-acciones ¿O sí?. 
     He creado dos nuevo vídeos, y van.......  Uno de amor puro voyeur entre palomas y piedras y otro entre piedras y sacos de amor comprometido con la pobreza, y suena a demagogia. 
     Cómo tengo problemas con la espalda (me paso horas aquí delante e imagino que con la espalda mal puesta), me ha regalado mi querida familia un aparato para masajear dicha parte del cuerpo. (Y yo nada). Y está muy bien. Parece que tengo atrás las sabias manos de un chino, un chino grandote, y para mí solo. 
  Cuando traje a casa el masajeador que ocupa una caja muy grande, me encontré en el portal con un vecino ya mayor que vive en mi propia planta frente a mi puerta. Él salía y yo entraba. Él también portaba una caja grande. Al verme, primero me saludó cortésmente y luego al fijarse en mi caja  dijo: "Perdona mi curiosidad ¿pero eso que llevas ahí es un regalo de reyes?". Sí, le contesté, efectivamente me lo han traído lo reyes. Entonces el vecino me preguntó que de que se trataba, y le conté lo que era, no me importaba. Ante mi descripción del regalo, él se quedó pensativo y a continuación me contó lo que le acababa de suceder. Resulta que le había regalado a su mujer también un regalo por reyes, en este caso había sido una plancha de cocina que él había pensado que a su esposa le iba a hacer mucha ilusión. Pero se había equivocado, no le había hecho ni pizca de gracia argumentando que a ellos no le hacía ninguna falta un aparato de esos y que además ya no le cabían en la cocina tantas cosas. Y su mujer, que tenía carácter, le había obligado a devolver el regalo. Y a eso iba cuando me lo encontré en el portal de la casa. 
      Él seguía convencido de las ventajas de la plancha y sobretodo de que les iba a venir muy bien para su necesaria dieta sana, pero.... 
    Luego  me propuso hacer un intercambio temporal de regalos. Es decir él me dejaba su plancha y yo a cambio le prestaba mi masajeador, ya que ella, su esposa, sufría de vez en cuando problemas también en la espalda. El cambio sería sólo por unos días hasta que su mujer se cansase del aparato mío y echara en falta su plancha. ¿Y cómo va a conseguir esto? le pregunté. Muy fácil, me dijo. Sólo tengo que engañarla un poco y todo saldrá bien.  Por supuesto quise conocer algo más de su plan, tenía derecho ya que yo, o más concretamente mi regalo, formaba parte de la estrategia. Y lo que había pensado era lo siguiente. Cuando su mujer estuviera dándose un masaje tranquilamente, él le iba a provocar con unos cables una pequeña descarga eléctrica en el cuerpo, así ella se asustaría y le obligaría a devolver ese regalo "maldito y peligroso". Entonces él le diría que sólo podría cambiarlo por la plancha de cocina, a lo que ella no tendría más remedio que aceptar. 
        Le advertí del peligro de su arriesgado plan pero él no vio peligro alguno.  
       Me dio pena del pobre hombre y vecino, y accedí a participar en este extraño intercambio que deseaba que saliera bien. Le di el masajeador y me fui a casa con una plancha de cocina. Ya ves. 
   Esa misma noche vino casa a hacerme una visita y a enseñarle  el regalo (el masajeador) a unos amigos, la persona (o sea mi hermana) que me lo había regalado. Tuvo el detalle al menos de llamarme antes por teléfono, gracias a lo cual me dio tiempo a ir a la casa del vecino a por mi regalo. Pero... el vecino no estaba, sólo estaba ella, su mujer. Ante la situación creada no tuve más remedio que improvisar. Le pedí a la buena (o mala) mujer que si me podía dar unos ajos.. Mientras ella fue a la cocina a buscarlos, yo por mi parte busqué mi masajeador. Lo encontré en el salón encima de una sillón preparado para su uso. Finalmente y por no extenderme más le dije que tenía unos dolores terribles de espalda, ante lo cual ella me habló su magnifico regalo de reyes ideal para las molestias de espalda. Yo entonces le dije "no podría dejármelo un rato a ver si me alivia un poco estos dolores que me están matando". Y ella contestó "Si quiere lo puede probar aquí en mi casa, pero no puedo dejar que se lo lleve porque a mi marido no le gusta que deje estas cosas a nadie, es muy suyo y se puede enfadar". ¿Y si yo hablo con su marido? le pregunté. "No vendrá hasta mañana se ha ido al pueblo con mi hija". Vaya situación, no puedo llevarme una cosa que es mía. ¿Qué hago?. Imaginación. 
      Me fui a mi casa y preparé unos cables para un pequeña descarga eléctrica. Iba a poner en marcha, por adelantado, el plan que tenía su marido. Una vez preparados, volví a casa de la vecina. Le dije que lo había pensado mejor y cómo los dolores no se me quitaban había decidido probar "su" (mi) masajeador.  Pero le pedí por favor que antes lo probara ella para ver como funcionaba aunque su mecanismo era muy simple, sentarse encima y darle al botón. Aún así le pedí que lo hiciera delante de mí. Ella accedió y cuando llevaba unos minutos y sin que se diera cuenta enchufé mis cables y los dirigí a su cuerpo. Y ese momento le dio tal descarga eléctrica (no había calculado bien) que se levantó como un cohete del masajeador maldiciendo al aparato  y a su marido por ese regalo que a punto había estado de matarla. Aproveché y me ofrecí intentar arreglarlo pero en mi casa. Ella por supuesto accedió mientras seguía insultado y quejándose el dichoso masajeador. 

lunes, 5 de enero de 2009

LOS REYES, EL BOLA Y EL NIÑO DE LOS COJONES.






    Un año me trajeron los reyes magos una metralleta y sin embargo no me hecho terrorista o militar. Otro año no me trajeron una bicicleta y tampoco soy ciclista. El mejor regalo que me han traído los reyes ha sido una cámara de vídeo y hoy no paro de hacer vídeos. 
     Me gusta hacer regalos cuando no es obligatorio hacerlos. Soy un desconsiderado a veces cuando recibo un regalo, un poco cabrón. Y debo ser también un poco antisocial yo creo, aunque cuando me pongo social soy un pesado y las parejas lo sufren en silencio. 
        Hubo una época en que  construía yo los regalos que hacía. De hecho, los creaba para regalar. Una vez le regalé a la del pueblo del pastor que canta una obra, rara si, pero espantosa no. A ella le pareció ademas escalofriante. No pudo estar con ella más de dos días y me la devolvió. Decía que le entraba hasta ansiedad cuando la miraba. Hoy tiene su valor gracias a la falta del valor de la susodicha. El otro día me hicieron una entrevista para un libro de un simpático periodista de diván, y una de las preguntas hacía referencia a ese famoso regalo/obra devuelto por su dueña por el pavor que le causaba.  Existe otra obra mía parecida, incluso puede que sea más cruel aún. Se la regalé a "el chico de la Plaza de Italia: El Bola". Y a él le encanta; es más moderno y la Plaza de Italia marca más que las Villuercas.
  Un día le dije al "Chico de la Plaza de Italia" que le iba a escribir un musical con ese título. Iría sobre su vida y milagros. Hay material. El Bola, ese hombre, ese símbolo, siempre fiel a su principios, budista y barista (de bares), de pelo en pecho, espalda, brazo, piernas, nalgas, manos, culo, cadera, huevos, rodilla, sobacos, pie, cuello y talón. En todas partes tiene pelos menos en la lengua. ¡Allí nunca tuvo!. Él representa por si sólo el inexistente barrio chino de Cáceres, santo clero incluido. Y encima artista, no friky-artista, no, AR-TIS-TA. 
     ¿Tiene o no tiene material para escribirle un musical titulado "El chico de la Plaza de Italia" y subtitulado "La inmoderada y formidable vida de un hombre llamado El Bola"?. Pues claro.
     Y mientras, la vida sigue su jodido ritmo normal ¿No podría ir un poco más deprisa?. Qué ganas tengo de llegar, nunca imaginé que tendría que pasar tantas metas volantes. Y en medio sigo jugando, y ya me lo han advertido: no me hagas sufrir.  Pero no quiero jugar aunque lo pueda parecer, yo mismo a veces lo pienso y me llamo cabrón. Pero sé que no es así, es por necesidad, pura necesidad. Que me agobia y me supera, me arrastra y me da valor. 
(Yo confundo el espíritu navideño con el folklore español)
   Hoy como ya se ha notado es día de reyes magos y los niños son cada vez más republicanos. Hay por la calle familias enteras esperando a los camellos de todo a 100. Delante de mí en el parque mientras paseaba al perro, iba una.  Estaba compuesta por padre, madre, hijo, y punto (Punto se llamaba el perro). El niño no parecía ni muy educado ni con mucho espíritu de ningún tipo (benigno).  Más bien todo lo contrario.
     Parece ser, que el niñññño-de-los-cojones, se había enterado de que los reyes le iban a dejar en casa un juguete que él no había pedido y no le iban a traer el que había solicitado. Y el enano -de-los-huevos, situado entre el padre y la madre iba recitando este monologo: "Pues yo lo que pedido ha sido el nanocóptero atlas  y no ningún juego de tonterías educativas de esas, así qué...". Y se ponía a llorar con ese llanto tan molesto  como tan monótono y tan lleno de mocos como de falsedad. ¡Un asco!, se mire por sonde se mire. 
Y la madre respondía: "Pero te puedes esperar hijo mío..Te puedes esperar a llegar a casa y ver lo que te han traído?" (Y ahora venía lo peor) "Y los reyes te traerán lo que ellos crean que te va  a hacer más falta".
Al oír esto el niño gritaba: "Ves, ves...no me han traído el nanocóptero atlas..lo sabía lo sabía..pues yo eso no se lo he pedido...yo eso no quiero..." 
Era pa matarle allí mismo. 
  Y así por todo el parque. ¡Malditos reyes magos!. 
  Después de escuchar durante un buen rato a este favorito de Herodes gritando, por fin conseguí perderlos. ¡Qué alivio! 
   Una hora después cuando ya me dirigía a la puerta de salida, compruebo que a lo lejos y dentro del parque hay una ambulancia y gente alrededor. Me acercó y veo dos camillas en el suelo, y sobre ellas al padre y la madre del maldito niño gritón. 
   No estaban muertos, pero parecían desmayados o algo parecido. Con muy mala cara y como sudando. Había dos policías y en medio de los dos estaba... el hijo chillón, el niño tostón, que seguía con el mismo monólogo: "Yo se lo dije que había pedido el nanocóptero atlas  y no ningún juego de tonterías educativas de esas, así qué... Yo se lo dije..Yo se lo dije".
    Y lloraba, pero como que ya le importaba menos. 
     ¿Qué habría pasado?. 

sábado, 3 de enero de 2009

Falto de defensas, chocolate puro y las víctimas.






      Hoy 3 de Enero acabo de celebrar el año nuevo, he ido al campo y en vez de beber champan me he mojado con el agua de la lluvia y una vez empapado he gritado ¡viva 2009! y a continuación ha salido el arco iris. Y ya está. Cuando uno está de vaca-acciones celebra el año nuevo o el viejo cuando quiere. 
    El oficial lo celebré de casualidad, después de no ir al mar por culpa del anticuá, alguien me llamó por la tarde para amarme un rato, y nos quisimos. Luego me dio casa y cuartel para cenar y brindar, y acepté ir al campo de al lado, por eso, por ser campo y al lado. Y la celebración oficial fue eso, oficial.   No hubo excesos, ni siquiera uvas. En realidad nadie de celebración me interesaba y su música menos. No estaba yo por la labor, me emborraché y me dormí.
  En el campo he sentido la necesidad de abrazar a alguien que últimamente me ha abrazado muy bien. Echo en falta ciertos abrazos, me ha cogido falto de defensas. Y me dará muchos más, dice. Y me seguirán faltando las defensas, seguro. 
   Durante estos días noto por todas partes de mi entorno y de mi cuerpo que esta etapa toca a su fin. Me duelen hasta los huesos. Tengo ganas (impacientes, jodidas y con ansiedad) de escribir "me acuerdo de esos días de vaca-acciones, que fueron tan fructíferos y tan tremendamente agridulces. Ahora los echo en falta. Eran como comer chocolate puro para un goloso como yo". 
   Anoche inventé algo para mi columna con alas.  Y además vi la película "La sombra del actor" de Peter Yates. En plena Segunda Guerra Mundial una compañía interpreta por teatros obras de Shakespeare y el actor principal y su ayudante mantienen una extraña y teatral relación que va de la admiración al odio, de la compasión a la entrega. Me gustó la importancia que adquiere el actor en su trabajo al componer su personaje. Los actores de teatro son monstruos sin corazón pero llenos de pasión hasta rozar el delirio. Yo creo que no saben amar pero si enamorar. Yo he sido actor de mi método. (Yo mi me...¡qué asco me doy yo a mi mismo!).
    Durante muchos años he mantenido ciertas ceremonias en navidad cuando mis sobrinas eran más niñas. Ibamos la tarde de nochebuena o nochevieja al pantano de Valdesalor y luego a comprar regalitos/miniaturas a los puestos que se instalan por estas fechas en el parque de Cánovas. Era una tradición divertida, y eran niñas y yo me hacía el niño, que es una de las travesuras que más me gustan. Hace años que ya no la practicamos, pero ayer retomamos la visita a los puestos de regalos en el parque. No cambian mucho de un año para otro. Me gusta tocar y mirar libros de extrañas ediciones, sugerentes títulos y raros autores. En realidad me gusta tocarlo todo, soy un tocón de regalos que por supuesto luego no compro. Y en el puesto de artículos de broma -un clásico- casi todos los objetos vienen guardados en caja o en bolsa, no puedo tocarlos y me da una rabia...  Siempre me detengo aquí más tiempo para comprobar si hay alguna novedad, y efectivamente hay. La que más curiosidad ha despertado  en mí ha sido un curioso spray que emite un líquido transparente y unos minutos después de rociarlo se convierte en sangre. Si se lo echas a alguien en la cabeza al poco tiempo chorreará por la frente gotas de sangre. Es maravilloso..pero como todo articulo de broma también puede ser fastidioso.  
     Encontramos a la víctima rápidamente (en navidad está todo lleno de víctimas, las hay de todas clases y se reproducen como ratas). Era una amiga pija/ingenua de una de mis sobrinas, yo no la conocía. Mientras hablaban las dos amigas, mi otra sobrina me dijo al oído que porque no probábamos con esta la bromita que acabábamos de comprar, el spray/ sangre; la amiga era un  poco boba y nos íbamos a reír mucho con ella. Yo no estaba muy seguro pero las víctimas están para eso. Pues adelante con la broma. Rociamos su pelo sin que se diera cuenta  la pija/víctima/ingenua (es que lo tiene todo la pobre), y a esperar. 
     Y mientras esperábamos apareció de pronto la madre de la conejillo de indias, justo en el momento en que el spray empezó a hacer efecto, el efecto sangre. La madre al ver a su hija sangrando como un cristo crucificado  gritó como una poseída y comenzó a dar gritos sin parar. Al ver como se estaban desarrollando lo hechos (mal) intentamos aclarar el entuerto, pero con esa madre gritando nadie nos oía. Le preguntaba a la hija mientras la agarraba por los hombros ¿Te has drogado? ¿A que te has drogado?. La pobre hija/pija/víctima/ ingenua estaba tan asustada que no tuvo más remedio que confesar llorando desconsoladamente : "Sí, sí, anoche me drogué...pero yo no quería, perdona mamá". La madre se creció al comprobar que era una buena madre porque había notado rápidamente  que su hija era un drogadicta, y por eso estaba sangrando por debajo del pelo. 
      Mis sobrinas y yo no tuvimos más remedio que probar también en nosotros mismos el spray/sangre para que esa madre loca se convenciera de que todo era una broma de navidad (muy propio) que acabábamos de comprar allí mismo. Nos pusimos delante de ella con todas nuestras caras llenas de sangre como recristos  a ver si así se calmaba y se diera cuenta del entuerto, pero al vernos, la muy bruta, sólo se le ocurrió decir: "y vosotros también os habéis drogado y seguro que sois los que habéis incitado a mi niña". 
   Tan peligrosa como una víctima es la madre de la víctima.

martes, 30 de diciembre de 2008

NOCHEVIEJANUEVA Y EL TAMAÑO EN EL PUEBLO






      Hoy es el penúltimo día de este año. Los años no acaban el 31 de diciembre, los años acaban cuando uno quiere que acaben, al menos en mi caso. Todos los años oficiales (del 1 de Enero al 31 de diciembre) tiene a la fuerza algo diferente al anterior. Este año para mí ha sido un año insólito (por denominarlo de alguna manera) y especialmente los últimos meses. Jamas había sentido las sensaciones -buenas y malas- que he percibido en estos últimos días del año oficial.       Mi vida personal se ha resentido por supuesto, pero ha sido sobretodo mi vida profesional la que más se ha descalabrado, y lo más curioso de todo es que a veces me ha gustado que sea así. Aunque también he maldecido el abuso, el  error, la sinrazón y el atropello del que he sido víctima. 
   Si tuviera que resumir muy muy mucho a que me he dedicado sobretodo estos últimos meses de vaca-acciones diría que a la mente y al cuerpo. Y he disfrutado mucho. Por la mañana el intelecto y por la noche lo otro. 
   Ayer de nuevo fui a ese gran almacén que vende salud o curación, y a veces muerte. Es un gran centro comercial y estatal lleno de dolor y de esperanza. Y como todo gran centro comercial que se precie lleno también de escaleras y ascensores. Nunca me gustaron los hospitales -ni los centros comerciales- y creo que si algún día ingreso ingresaré poco. 
  Mi tía/presidenta de una de mis patrias hoy se va a su reino, no está bien del todo (los hospitales nunca curan bien del todo), pero dicen que mentalmente estará en su casa mejor ¡pues claro!. Allí presencie una espantosa discusión de uno de sus hijos (infame y radical) con otra de sus hijas (hermosa y virtuosa). La familia a veces es un campo de batalla con refugiados incluidos. Siempre amé y admiré a esa prima, en la infancia fuimos los dos patriotas de la misma patria. Ahora la admiro también aunque yo no seamos ciudadanos de la misma patria.  
   Y allí en el centro comercial-hospital estaba también otra familia de alguien que me huye y me busca, me reclama y me espanta, me atrae y me repele... y a pesar de todo, y no sé aún muy bien porqué, le quiero y creo que siempre le voy a querer. Es raro, es por eso. 
   Y mañana íbamos a ver el primer amanecer del año (oficial) en el mar. Pero ya no van... Yo no lo sé. Me encantan estas situaciones y especialmente cuando todos celebran ese final de año oficial.  El año pasado vino alguien de Barcelona, que apenas conocía y pasamos las 12 de diciembre también en el mar de aquí al lado. El anterior fue fantástico lo pasé con ese que amo y no amo quiero y no quiero, en un casino lleno de chinos, y genial y distinto, es decir soberbio.  Recuerdo otro año que en vez comer uvas comí sexo. ¡Viva esas nocheviejas!.
   Hace muchos años me fui al pueblo a celebrar el ritual del año viejonuevo. La fiesta era en un cobertizo en mitad del campo, rodeados de ovejas, vacas, burros, algún caballo, gallinas y creo que también había cerdos (animales).  Y luego gente del pueblo, amigos de mi patria que no veía hace tiempo. La cosa fue bien. Pero recuerdo algo que pudo haber terminado mal. Cuando ya todos estábamos muy alegres gracias a esas medicinas con alcohol que todo lo curan (aunque luego lo vuelvan a enfermar). A alguien se le ocurrió que podríamos jugar a las prendas, un viejo juego pseudo erótico juvenil que consiste en ir quitándose prendas (ropa) según se vaya perdiendo. Yo tenía un poco de recelo a pesar de tener ya algún litro de alcohol encima, los demás probablemente tenía el doble, pero yo para estas cosas del sexo soy muy egoísta, es decir cómo mucho dos.  Y allí estábamos, creo, 10 personas. 
   La que más interés tenía en que jugáramos era la hija del pastor que cuidaba los animales que allí habían. Era una chica algo gordita, estaba trabajando en Madrid y todo el mundo comentaba el cambio que había dado desde que se fue del pueblo a la ciudad. Es lo que tiene. 
  Comenzamos el juego y al principio todo normal. Cada uno/a se iba desprendiendo de correspondiente prenda y aunque fuera hacía frío, dentro había una buena temperatura gracias a la enorme hoguera que habían preparado. Hubo un momento en que una de las chicas (del pueblo, este dato es importante) se tuvo que quitar el sujetatetas... Y se lo quitó. Después otro se quedó en calzoncillos, otra en bragas, yo también (aunque me costó, era el único que no vivía en el pueblo además de la hija el pastor). 
   Y finalmente alguien tuvo que quitarse la prenda más intima. En este punto del relato de los hecho tengo que aclarar que dos de los participantes eran casi pareja, estaban tonteando como se dice en el pueblo. 
   Al final todos menos uno estábamos en pelotas (casi hora y media después de haber comenzado el juego). Pero el uno que aún permanecía en slip, perdió y tuvo que quitárselo. Y aquí llegó el lío (por llamarlo de alguna forma). 
  Lo resumo para no hacerlo más largo y porque tengo prisa: la tía que estaba medio tonteando con el tío y estaban apunto de hacerse novios formales (esto en los pueblos lleva su tiempo y su ceremonia) había hecho el amor ya con él. O eso creía. Porque resulta que al verle la polla a su medio novio va y le pregunta: ¿pero tú siempre has tenido el pito así...de pequeño?. El novio y todos los que allí estábamos nos quedamos de aquella manera al oír la preguntita. "Pues claro" respondió tímido el novio. Entonces la chica con cara algo descompuesta, se dirigió a otro de los tíos que allí estaban, y que por cierto tenía una polla bien grande, y le dijo: "Por favor ¿puedes salir un momento fuera conmigo que tengo que preguntarte algo en privado?". Todos nos miramos algo confundidos. Se pusieron algo de ropa y salieron.  Un rato después volvieron y no comentaron nada, y la fiesta continuo más o menos normal. 
  Al día siguiente la chica y medio novia, me contó lo que había pasado (yo era el único que no vivía en el pueblo y eso le daba más confianza para contármelo). La historia fue la siguiente. Hace unos meses, en verano,  en la boda de unos familiares casi todos se habían emborrachado. Y la chica víctima del alcohol y la calentura no se puedo resistir y folló con su prometido. O eso creyó ella. Porque lo que más recuerda de aquella noche de amor era el tamaño del miembro viril del que pensaba que era su novio. Pero el juego de las prendas le aclaró que en realidad no había sido así, y que con quien había follado era en verdad era con el amigo de su novio. 
     La vida en los pueblos es una película