jueves, 13 de noviembre de 2008

NADIE DE CERCA ES NORMAL






Nadie de cerca es normal. En Italia hay un Museo de la Mente  dedicado a modificar las ideas preconcebidas sobre la enfermedad mental, y en una de las salas hay una instalación interactiva que tiene un cartel que pone "nadie de cerca es normal".  Te miras en un espejo y buscas el equilibrio entre lo que eres y lo que ves. Siempre he mantenido que no hay nadie normal y cuando alguien te dice "soy normal", en realidad están defendiendo su propia anormalidad. Y a mí me gusta que la gente no sea normal. No conozco a nadie que sea normal. Si conozco a mucha gente que intenta parecerse a otra gente. Hoy por ejemplo, he hablado con una voz normalizada en el teléfono que intentaba venderme algo, parecía tener problemas graves.  Ayer me propusieron algo normal, escribir para los demás en una publicación, y yo propuse también phothosear. Ya veremos que sale. Tengo cierto miedo a escribir más de lo que debo y a molestar a quien no quiero. Ya sé que no soy libre. Siempre pensé que era una frase hecha y demagoga, o sea normal. Y no le es. Ayer también me dio un ataque antinavideño. No sé. De pronto hice un grupo en una red social (odio la navidad, con perdón) y convoqué un evento/apagón el 1 de Diciembre para protestar por el consumo de luz en navidad. La navidad es algo normal de lejos pero de cerca la cosa cambia ¿O no?. 
  Hoy he realizado el amor. Cada vez estoy más seguro de que en realidad para algunos el sexo no es tan necesario. Lo imprescindible es el amor-caricia, el amor-abrazo.  Y eso es lo que he hecho hoy. Esta etapa de vaca-acciones forzadas se está convirtiendo en un deleite. Trabajo más que nunca con la mente y además puedo hacerlo a la vez con el cuerpo. Aguantó más con la mente que con el cuerpo.  
    Esta mañana me he levantado tan molesto que ni siquiera el contacto real con la tierra ha conseguido quitarme esa horrible sensación que me deja siempre la impaciencia por algo. Y ese algo es tan nimio por ahora. Pero lo que no ha podido conseguir la tierra lo ha hecho la mente. He creado una historia para un corto. La última frase del guión dice: "cuanta mentira". De eso va pero con humor. Me ha salido pronto y tiene tres finales posibles. Bueno el tercero está aún sin definir porque quiero hacerlo abierto, Ya veremos. Estos días míos tan altibajos me van a matar. De placer. Ojalá. 
  Me han traído la compra a casa (vivo en un tercero sin ascensor).  Mi pedido ocupaba dos bolsas grandes. En una todo estaba bien, eran los productos que había comprado. Pero en la otra no coincidía nada con mi compra. Lógicamente se lo he hecho notar al repartidor y se ha quedado desconcertado o más bien deshubicado. ¿Y ahora qué?. "¿No le hace falta nada de esto?", me ha preguntado. Pues no. Compresas, crema desmaquilladora, café descafeinado, papillas para bebes, pañales, cognac, hígado de cerdo, cucarachicida, cera para el suelo, detergente lavavajillas, leche en polvo, sombra de ojos, cera para depilar, protegeslips, merluza fresca. No. Nada. Lo siento. ¿Qué hacemos?. El joven repartidor está apurado. Intuyo problemas para él por esta confusión. Intento aportar soluciones. ¿Por qué no llamas al supermercado a ver si lo pueden arreglar desde allí? Puede que la persona a la que has llevado mi compra haya llamado para protestar. El chico dice con la cabeza que no. ¿Y entonces? pregunto. "¿No podrían servirle alguno de estos productos a alguien de su familia, algún amigo, o tal vez un vecino..?". Pues no, contesto. Y tampoco voy a intentarlo. Lo siento es tu problema, yo he pagado unos productos que ahora no tengo. "Ya, pero esto que está aquí vale mucho más que su compra", me dice intentado justificarlo económicamente. No me importa. Aunque como último remedio si quieres me puedes dar el importe de mi compra y ya volveré mañana al super de nuevo. No puede hacerlo, no tiene dinero. Finalmente y ya sin más argumentos, me cuenta que  la empresa le ha amenazado con el despido si volvía confundirse en los pedidos. Y lo ha hecho. Vaya situación. 

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