



Definitivamente la tierra da vida. Me da vida para empezar a trabajar en época de vaca-acciones. Al levantarme (¿tarde? No, ahora no. Es un nuevo horario) he metido las manos en el saco de la tierra de la sierra y he sentido fuerza. He sembrado naturaleza a mi lado. Apenas conozco el nombre real de las plantas pero conozco el color y su luz. Es suficiente. En la comida de los martes hoy éramos pocos. Hemos hablado de lo mío. Otra vez ¿No los tengo cansados ya?. Soy pesado porque lo necesito, pero tendría ya que dejar de mirar para atrás. El rencor es herencia y necesario, pero tengo que diferenciarlo técnicamente de la rabia. La tercera persona siempre ocupa un lugar incomodo y siempre puede acarrear con la basura de las otras dos. He sido a veces tercera persona y ahora no lo entiendo. Siento traición y no la hay ¿Y cómo se llama entonces?. No hay día en que me hago mil preguntas a mí y a los demás. Cómo si ellos fueran yo, y yo sólo soy yo, a ver cuando me convenzo de una puñetera vez.
Luego en el súper del otro barrio, el más lejano, al preguntar por segunda vez a una empleada donde estaban los huevos, me ha respondido demasiado alterada: "¡Y yo qué coño sé! ¡Te buscas la vida y dejas de joderme! ¿O es que crees que debo saber donde está todo? ¡Tampoco es tan difícil saber donde están los huevos o el chocolate o el puto pepel del water! ¡Sólo hay que mirar un poquito joder! ¡Os creéis con derecho a preguntar por cualquier gilipollez sólo porque lleve este puto uniforme de color verde de los cojones! ¡Iros a la mierda! ¿Quieres que te diga también donde está la mierda? No, eso no porque esa si sabes donde está. ¡En tu puta casa! ¡Qué la tenéis llena de mierda hasta el culo y la soltáis aquí encima de nosotras cómo si fuéramos jodidos wateres! ¡Iros a tomar por culo y dejarme en paz de una puta vez!". La habían despedido 5 minutos antes de que yo le preguntara por los huevos. La próxima vez preguntaré antes siempre: Perdón señorita, ¿usted trabaja, ahora, aquí?.
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