miércoles, 1 de octubre de 2008

LAS SADOEMOCIONES Y LA MEMORIA DE LA REINA





La memoria, qué putada. Necesito afecto para recuperar (sustituir) memoria, al final lo importante del cerebro es la ternura. Hoy he visitado a personas anónimas que han sustituido su memoria por una señal de afecto, por un beso, por un abrazo, por una mirada cómplice. No tienen memoria ¿para qué? Del recuerdo no se vive, quiero ese beso ahora y no aquel que me diste hace tiempo. Miraban hacía el suelo, estaban buscando en las formas de las frías baldosas la sonrisa que no encontraban en las calientes personas. ¡Mira tú!. ¿Será tan terrible como dicen? ¿Terrible para quien?. Mira yo no sé si eres mi hijo, el enfermero o Tarzán, yo sólo sé que tienes boca y ojos, utilízalos y déjate de tonterías, que para tonterías ya estoy yo. 
 Después de visitar el banco de memoria me visita la nobleza de la limpieza. La señora de la limpieza, la que está la última en protocolo pero que yo el año pasado convertí en reina, me ha llamado para decirme que siga siendo su leal servidor. Con mucho gusto reina.  Siguen siendo días de contradicciones permanentes. Una de cal y otra de arena. Son días de sadoemociones. Cuando me ha llamado la reina de la casa pública, la única que quitaba mierda en esa casa tan sucia, me he acordado que el primero en el protocolo, el alto recargo, no ha estimado oportuno desearme que me joda. Y entonces he llegado a la conclusión de que he hecho las cosas bien (joder todos los días necesito una prueba). 
 Con las notas en una mano y una baguette en la otra, me he ido a la sierra a cagar. Es un eufemismo. Tenía algo pendiente y en estos días de sadoemociones y vaca-acciones tengo pensado saldarlo. He ido a mi antiguo barrio, he llamado a la puerta de la vecina de entonces. Estaba solo el marido. Mejor. Hola, hijodeputa, te acuerdas que un día hace años cuando era pequeño me obligaste a limpiarte el coche porque antes me había meado en la rueda?. Pues asómate a tu patio y veras que la rueda ya está seca, tan seca tan seca que está ardiendo. El imbécil va y me dice: pero si yo llevo viviendo aquí solamente tres  meses. Idiota. Mierda. Con lo bien que llevaba el día. Me da igual, algo habrás hecho hace años a alguien. Que te jodan. 

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