domingo, 7 de diciembre de 2008

RAMIFICACIONES DE MI PATRIA Y LA REINA DE LA BAÑERA EMBUCHADA






      La expresión "el mundo es un pañuelo" se hizo ayer tal realidad que me asustó. Mi patria es mi infancia (Rilke) y mi patriotismo es recordarla. Uno por tanto siempre está fuera de su patria y sólo vuelve a ella cuando otro patriota aparece y hablan de ella. Pero más que regresar a mi patria lo que se produjo fue una consecuencia de ella. Y las patrias son muy grandes y tienen muchas ramificaciones, y ayer encontré una. Y de la forma más insospechada y en un lugar de apátridas, donde todos aparecen vestidos de carnaval. Y aún no se que pasará. Tengo ligeros recuerdos y vagos deseos. La ramificación la hubiera desechado si la hubiera conocido desde el principio, pero se planteó un juego y entré en él. Y me sedujo porque parecía buen jugador y utilizó muy bien sus cartas, tan bien que me convenció. Y ya veremos. Siento cierto miedo ¿Miedo yo?... Tengo que hacer algo para quitar la rutina  y el aburrimiento de después de las entregas y las sabanas. Los juegos deben durar sólo lo justo sino se deterioran o te afilian. Pero seguiré jugando a la seducción, es cíclico.  Y viva la patria que me parió. 
   América y África  tuvieron un hijo y han regresado a América. Es difícil no estar con alguien que quieres para lo que quiera, es complicado decantarte por el que no tiene razón, y puede ser desgarrador no agarrarte al cuello de quien lo necesita. Vivir a dos es a veces no vivir ni para uno. Convivir nunca convendrá a las partes si hay que igualar, porque no hay semejanza aunque haya amor. ¿Y tú con quien? Ese era en realidad el dilema de Shakespeare. Y en Dinamarca algo sigue oliendo a podrido. 
      Hubo un calendario expuesto como arte y allí fui. Y encontré a tanto expuesto que entre tantos alguno se salvó, de mi quema. Me pulula una sospecha que tendré que abandonar porque intuyo en ella signos de infantividia. También hablé de Roma con uno de los emperadores menoeres, y efectivamente algo sigue oliendo a podrido en Dinamarca y en Roma. Y me reconfortó el menos glam de la fiesta, es autentico, es director y es un gran reconocedor de mis acciones ( mi vanidad de nuevo, pero es que lo necesito joder). Después pensé: algo he hecho, algo queda, algo valió. Y me fui a casa más contento que un ocho triste, tanto que el perro lo notó, dos horas en el parque con él.
  Y luego...(me pierdo en los días vaca-accionales, pierdo la noción de estos días inolvidables dulces y amargos) El caso es que fui a comer a la calle de la canción popular y después un hermoso y depurador paseo-descubrimiento por los altos de la ciudad, los disfruto como un niño, hago bien
   Y hoy, hace nada, a comer buche en un campo mojado donde reina también la hembra, y su real madre, y su rancio padre y su fresco choto colorao (y de-tractor para rematarlo). Y había más, incluido alguien que dio más vanidad (¿más?) portuguesa. ¡Pues to para dentro!, qué lo que no mata estorba. 
   Y comida de luxe, y sin parar y con la mejor de las escenografías: lluvia, ovejas, sol, gallinas, viento, perros, arco iris, vino, barro y postre. (Y pajar con paja. Qué alegría de pecados en familia allá en mi patria) . Y en un momento dado, cuando estábamos zanpándonos las berzas, antes del buche, ¡plof!, la real madre de la hembra se cae en una bañera llena de agua que estaba en mitad del campo. Estaba allí para que los animales bebieran. Y no podía salir de ella (tiene encima algunas carnes).   La bañera con ella dentro, estaba algo alejada de donde comíamos y reíamos ,  y ni nos hemos enterado, nosotros a lo nuestro, a devorar.  Y la pobre anfitriona encajada en una bañera sin poder salir, con el culo mojado y rodeada de animales, domésticos pero animales. Y precisamente ellos, ovejas y perros y gallinas, nos han avisado con sus balidos, ladridos y cacareos, de que algo raro estaba pasando ahí fuera.   Ella, la real,  al ver que nadie acudía en su ayuda, ha optado por una solución practica:  ha continuado comiéndose su plato de berzas que consiguió salvar al desmoronarse dentro del bebedero animal. 
       Los animales han ido acercándose poco a poco  a ella y las berzas que les iba dando. Cuando por fin alguien al querer repetir plato, se percató de que una pieza fundamental del buche no estaba, dijo: Falta alguien ¿no?.  Hemos salido todos en su búsqueda, y allí estaba ella como una reina en su trono, cual Esther Williams metida en el agua y rodeada por una legión de admiradores con plumas, lanas y pelos, que la jaleaban continuamente como si de Cleopatra se tratara mientras se daba sus baños de leche de burra. Allí estaba ella toda espatarrada y feliz como una perdiz...mojada. Al darnos cuenta nos acercamos raudos y preocupados, y ante nuestra inquietud y desasosiego ella sólo ha dicho: "traerme pan que se me ha acabado". 
La vida en el campo es tan.....¿inaudita?.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues no me he enterao de ná. Salvo de lo de la bañera. Es tan críptico todo que ya no lo puedo seguir bien. Escribes ocultando tantas cosas y procurando tanto no desvelar que al final me parece que estoy en un sudoku. Ya sé que las fans no tenemos ningún derecho, pero, hijo... con lo que me gustaba!

Firmado:
Kathy Bates en Misery
& Mr. C. Loost

PD: Vuelve a disfrutar de la prosa opaca de Joseph Conrad, es un maestro a la hora de NO desvelar.