lunes, 15 de diciembre de 2008

ME FALTAN HORAS Y NO TENGO HORARIOS






      Tengo todo el tiempo del mundo y sin embargo no tengo tiempo. Me faltan horas y sin embargo no tengo horarios. No poseo obligaciones y sin embargo estoy ocupado. Miedo me da cuando horarios, obligaciones y tiempos haya que cumplir. ¿Me estoy acostumbrando mal o es el hedonismo disfrazado?. 
      Hace días que no pasaba por aquí y tengo que pasar diariamente. Los rodajes llevan tiempo, las inauguraciones ocupan espacios, la creación absorbe horas y la diversión libera neuronas. Eso es.
     En uno de los últimos actos  he percibido mensajes de muchas partes con inesperadas sorpresas incluidas. En una de mis últimas comidas he recogido señales confusas de poder y pasado.  
      El viernes hice horas extras desde por la mañana, y sin parar, hasta la madrugada,  y bien de madrugada y sin parar.  Mi vieja mater partenaire llegó de lejos y no le salió bien la jugada del todo, me quedé mal aunque al final lo pude arreglar y me quedé bien. Contento pues. 
     La galerista es clásica clásica pero  también contemporánea, y abrió su nueva doble casa. Arriba vive, abajo muestra y vende. En su exitosa puesta en escena no faltamos  y de todos recibí una señal. Al final llegó la actuación del pintor bailarín con capote de grana y oro. Me entretuvo oye.  Y al día siguiente, primero enfado porque el de la verruga no vino y luego todo el día tirado y sin ganas de nada. Día 0.
     Ayer murió un admirador/admirado y serigrafiado que siempre ha/he colaborado. Me dolió hasta dentro y le dediqué 1 o 2 poemas de poetas populares en los que él creía, en dios no. Eli-grafía me recordaba a Fernando editor y por eso leí el mismo poema de Antonio Machado que a ambos debía gustar: "Hacedme un duelo de labores y esperanzas. Sed buenos y no más, sed lo que he sido entre vosotros, alma. Vivid, la vida sigue, los muertos mueren y las sombras pasan; lleva quien deja y vive el que ha vivido". Y ella (valiente) se queda sin él y llora: él no quería irse. Cuando hace unos días fui a verle antes de morir, ella preguntaba sin entender la razón por qué los que quieren quedarse no se quedan y los que quieren irse se van provocando su marcha.  Esta noche he tenido pesadillas que más bien parecían pesadollas, y esta tarde hemos terminado la primera parte del cine cortito. 
       Un día hace algunos años fui a un concierto a Madrid de una banda inglesa que por entonces nos subyugaba, hoy no. Allí conocí a alguien que a priori no me interesaba nada, pero insistió y lo consiguió. Son los frutos de la paciencia que yo no suelo cultivar. En aquel viaje musical me acompañaba el que ayer murió y entonces  me aconsejó que hablara por lo menos. Al terminar el concierto me di cuenta que prejuzgar no siempre funciona aunque con los años se aprende a hacerlo bien. Nos fuimos juntos de copas por la gran ciudad y al amanecer nos recogió en su casa. Tal y como deseaba hicimos el desamor bien hecho y la cama bien deshecha. Al despertarme horas después  había alguien diferente a mi lado y nunca supe realmente con quien había intentado follar. 
       Al regresar de Madrid, durante el viaje alguien comentó que quien nos había dado cuartel en su casa había estado ingresado en una clínica para locos debido a un extraño comportamiento consistente en creerse dos personas diferentes. 

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