martes, 13 de enero de 2009

No me está gustando el mes y la venganza es dulce.






  Me siento tan aislado que puedo palpar la distancia entre mí y mi presencia. (Pessoa)
  No me están gustando algunos días de enero, no me está resultando fácil andar detrás de las agujas de reloj, no me descansan los paseos, no consigo escribir lo que debo, no dejo de picar, no dejo de esperar. Nunca entendí que los días climatológicamente grises y lluviosos pudieran resultar tristes, al contrario me han entusiasmado muchas veces. Pero hoy es gris y lluvioso y el día me está desconsolando. La respuesta fácil a esto sería: no es el día eres tú. ¡Odio las respuestas fáciles y obvias!.
   Mi sobrina ha terminado su carrera y echa de menos la universidad. Hoy se hace preguntas que yo no me hice a su edad. Yo directamente iba a las respuestas sin pararme en las preguntas. Dice con 23 años que yo soy un atrevido. Claro por eso estoy de vaca-acciones. 
   Pero no me arrepiento, de eso al menos. Me arrepiento de otras cosas que entonces me parecían menores y ahora se me antojan mayores. Lamento tanto juego, tanta prisa, tantas ganas, tanta imprevisión, tanta insensibilidad, tanta seriedad, tanta idiotez. 
   Me pregunto en voz baja si  no estaré siendo un maleducado conmigo mismo. Con los demás por supuesto. Y no aprendo. 
   Hace dos días nos reunimos 14 personas en la casa de la ex de mi exseñorito. A comer, a beber, a gritar, a reír, a mentir, a compartir, a desear..  y (alguno) a sufrir. 14 personas en torno a una mesa es lo más parecido a una granja. Nunca antes habíamos tenido mejor contenedor que contenido. La anfitriona supo aprovecharse de nosotros sirviéndonos de lujo. Hizo la fiesta y disfrutó como ninguna. Esos son los buenos anfitriones. 
     Y en toda buena fiesta (según los romanos) para regocijarse bien,  alguien tiene que sufrir. ¿Si no ves a alguien pasarlo mal como vas a saber si lo estás pasando bien?. 
     La víctima se había elegido ella misma (como todas la víctimas). La traición al compromiso Roma la paga cara. Nosotros no íbamos a ser menos.  Y además unanimidad total. ¡13 contra 1!.
  Empieza la comida, entran todos y entre todos consiguen que la víctima sea la última. No hay silla para ella. (Qué se joda.1). Qué coma de pie. Así veremos todos, y mejor, la humillación. 
   Se reparte la sopa caliente, con tranquilidad. La víctima es la última en recibirla . ¿Está fría? Ay lo siento. (Qué se joda.2)
   Y ya que está de pie y para no molestar a tantos, que vaya la víctima a por agua a la cocina. 
¡Sí que vaya! Gritan todos. (Qué se joda.3)
  En estos momentos la víctima empieza a notar cierto síndrome de criada y todos afirmamos que sí, y que le sienta muy bien por cierto. 
  Mientras la chacha/víctima va a por agua a la cocina. Le servimos en su segundo plato algo especial. Y se fiará mucho, todo, porque es el plato que él ha cocinado. Pero sólo tiene la salsa que lo cubre, debajo hay otra "cosa", y no precisamente la carne que tan apetitosamente ha preparado. Creyendo que con eso salvaría su pellejo. (Qué se joda.4)
   Cualquiera de los 13 comensales (todos estamos deseando) le dice: "te hemos servido a ti primero para que pruebes tu plato antes, así nos fiaremos  y podremos comerlo nosotros tranquilos, no nos fiamos de ti, ¡perra!".  
    La víctima/cocinera sonríe y se lleva el primer bocado a su boca. Y al segundo lo vomita. 
    Ja ja ja ja ja ja ja,ja, ja , ja , ja , ja , ja  decimos los 13. Hemos sustituido la carne por corcho con pimienta y salsa picante. No le hace mucha gracia. Objetivo cumplido. (Qué se joda.5)
    Llega la hora de la mentira sincera. Y la víctima se la cree, sino no sería víctima. Piensa que la venganza ya ha acabado. 
     Pero si 13 personas están de acuerdo es imposible que algo tan placentero acabe tan pronto. ¡Más, queremos más!. (Qué se joda.6)
   Llega la hora del postre. Alguien ha hecho algo exquisito con almendras y crema de chocolate caliente con helado de nata....mmmmm
   La víctima no es muy golosera (y tal vez tampoco se fíe). Dice no querer esa exquisitez, manjar de diosas (ella no lo es, una víctima no puede ser diosa). Pero alguien  (cómplice y nada sospechosa para él) le provoca y le invita a probar un poquito de su cuchara. La víctima accede y cae. Como era de esperar. Todos suspiramos aliviados, sin que se note. "Bueno dame un poco que lo pruebe , está bueno" dice la víctima. Justo la frase que todos esperábamos para poner en marcha la penúltima broma/justicia alimenticia. (Qué se joda.7)
     Mientras la cómplice aparentemente nada sospechosa le entretiene hablándo de posible dinero, le damos el cambiazo a su postre. Echamos en su plato comida para perros, carne pastosa con arroz, pero todo lo cubrimos con crema de chocolate caliente. ¡Cómo huele!. 
----------------------------------------------
   Se enfadó por supuesto que se enfadó. No más de lo que habíamos previsto. Por lo tanto podíamos llevar a cabo la última venganza/broma/justicia. La aguantaría perfectamente, las víctimas tienen un mecanismo especial que hace que si superan la primera tortura ya pueden superar todas las demás. 
   Hemos invitado a una persona a la fiesta que no estaba prevista. Llega a la hora acordada, la hora del café y las pastas. Es negro, de Nigeria, fuerte, atractivo, joven, muy simpático, y nada tímido.  El cómplice perfecto para cobrarnos la última factura.  Se sienta "casualmente" junto a la víctima. Y "casualmente" tienen ambos, víctima y cómplice/verdugo, gustos similares, temas en común, charla amena. 
   Dos horas después la víctima está literalmente encantado por el de Nigeria. Le ha cambiado hasta el color de la cara. Y ante tanta sinceridad y buen rollito ente los dos , el negro no tiene más remedio que contarle su drama. Y a la víctima le vuelve a cambiar el color de la cara. Parece un semáforo. 
  Para resumir: Cuando la víctima se ha puesto en su lugar, ha sufrido su drama con él y está dispuesto a ayudarle; le descubrimos que todo es mentira y que tranquilo que ya no habrá más venganzas. (Qué se joda.8)
 (Por ahora)
  
   
   
  

No hay comentarios: