lunes, 5 de enero de 2009

LOS REYES, EL BOLA Y EL NIÑO DE LOS COJONES.






    Un año me trajeron los reyes magos una metralleta y sin embargo no me hecho terrorista o militar. Otro año no me trajeron una bicicleta y tampoco soy ciclista. El mejor regalo que me han traído los reyes ha sido una cámara de vídeo y hoy no paro de hacer vídeos. 
     Me gusta hacer regalos cuando no es obligatorio hacerlos. Soy un desconsiderado a veces cuando recibo un regalo, un poco cabrón. Y debo ser también un poco antisocial yo creo, aunque cuando me pongo social soy un pesado y las parejas lo sufren en silencio. 
        Hubo una época en que  construía yo los regalos que hacía. De hecho, los creaba para regalar. Una vez le regalé a la del pueblo del pastor que canta una obra, rara si, pero espantosa no. A ella le pareció ademas escalofriante. No pudo estar con ella más de dos días y me la devolvió. Decía que le entraba hasta ansiedad cuando la miraba. Hoy tiene su valor gracias a la falta del valor de la susodicha. El otro día me hicieron una entrevista para un libro de un simpático periodista de diván, y una de las preguntas hacía referencia a ese famoso regalo/obra devuelto por su dueña por el pavor que le causaba.  Existe otra obra mía parecida, incluso puede que sea más cruel aún. Se la regalé a "el chico de la Plaza de Italia: El Bola". Y a él le encanta; es más moderno y la Plaza de Italia marca más que las Villuercas.
  Un día le dije al "Chico de la Plaza de Italia" que le iba a escribir un musical con ese título. Iría sobre su vida y milagros. Hay material. El Bola, ese hombre, ese símbolo, siempre fiel a su principios, budista y barista (de bares), de pelo en pecho, espalda, brazo, piernas, nalgas, manos, culo, cadera, huevos, rodilla, sobacos, pie, cuello y talón. En todas partes tiene pelos menos en la lengua. ¡Allí nunca tuvo!. Él representa por si sólo el inexistente barrio chino de Cáceres, santo clero incluido. Y encima artista, no friky-artista, no, AR-TIS-TA. 
     ¿Tiene o no tiene material para escribirle un musical titulado "El chico de la Plaza de Italia" y subtitulado "La inmoderada y formidable vida de un hombre llamado El Bola"?. Pues claro.
     Y mientras, la vida sigue su jodido ritmo normal ¿No podría ir un poco más deprisa?. Qué ganas tengo de llegar, nunca imaginé que tendría que pasar tantas metas volantes. Y en medio sigo jugando, y ya me lo han advertido: no me hagas sufrir.  Pero no quiero jugar aunque lo pueda parecer, yo mismo a veces lo pienso y me llamo cabrón. Pero sé que no es así, es por necesidad, pura necesidad. Que me agobia y me supera, me arrastra y me da valor. 
(Yo confundo el espíritu navideño con el folklore español)
   Hoy como ya se ha notado es día de reyes magos y los niños son cada vez más republicanos. Hay por la calle familias enteras esperando a los camellos de todo a 100. Delante de mí en el parque mientras paseaba al perro, iba una.  Estaba compuesta por padre, madre, hijo, y punto (Punto se llamaba el perro). El niño no parecía ni muy educado ni con mucho espíritu de ningún tipo (benigno).  Más bien todo lo contrario.
     Parece ser, que el niñññño-de-los-cojones, se había enterado de que los reyes le iban a dejar en casa un juguete que él no había pedido y no le iban a traer el que había solicitado. Y el enano -de-los-huevos, situado entre el padre y la madre iba recitando este monologo: "Pues yo lo que pedido ha sido el nanocóptero atlas  y no ningún juego de tonterías educativas de esas, así qué...". Y se ponía a llorar con ese llanto tan molesto  como tan monótono y tan lleno de mocos como de falsedad. ¡Un asco!, se mire por sonde se mire. 
Y la madre respondía: "Pero te puedes esperar hijo mío..Te puedes esperar a llegar a casa y ver lo que te han traído?" (Y ahora venía lo peor) "Y los reyes te traerán lo que ellos crean que te va  a hacer más falta".
Al oír esto el niño gritaba: "Ves, ves...no me han traído el nanocóptero atlas..lo sabía lo sabía..pues yo eso no se lo he pedido...yo eso no quiero..." 
Era pa matarle allí mismo. 
  Y así por todo el parque. ¡Malditos reyes magos!. 
  Después de escuchar durante un buen rato a este favorito de Herodes gritando, por fin conseguí perderlos. ¡Qué alivio! 
   Una hora después cuando ya me dirigía a la puerta de salida, compruebo que a lo lejos y dentro del parque hay una ambulancia y gente alrededor. Me acercó y veo dos camillas en el suelo, y sobre ellas al padre y la madre del maldito niño gritón. 
   No estaban muertos, pero parecían desmayados o algo parecido. Con muy mala cara y como sudando. Había dos policías y en medio de los dos estaba... el hijo chillón, el niño tostón, que seguía con el mismo monólogo: "Yo se lo dije que había pedido el nanocóptero atlas  y no ningún juego de tonterías educativas de esas, así qué... Yo se lo dije..Yo se lo dije".
    Y lloraba, pero como que ya le importaba menos. 
     ¿Qué habría pasado?. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

TIENES UN POCO DE JETA COGIENDO FOTOS REGISTRADAS QUE NO SON TUYAS.. OJITO, QUE ESTOY HASTA LOS WEBS DE SOLIDARIOS.... CON LAS COSAS DE LOS DEMÁS, CLARO