domingo, 28 de septiembre de 2008

= un buen día no lo tiene cualquiera.



El éxito de anoche es sobretodo la penúltima copa que me bebí. Soy demasiado amable y por no molestar no ligo más. La autoestima me compensó ayer de los malos días que estoy pasando, no hay mejor diván de psicólogo que un escenario. Menudo atracón de tranxilium. No acierto a pensar que pasará mañana, mi primer día de nueva vida y si lo de anoche es un aviso, viva la madre que me parió. 
   Cuando fuimos luego a celebrarlo hable con todos e incluso con alguno más. Bebí lo mío y lo de otros y hasta ligue como antiguamente se hacia: bailando. Estando sentado en las escaleras de emergencia se me acercaron dos tías y me dijeron que si se podían sentar a mi lado. Sin problemas. Se hicieron una raya delante de mí. Qué poca vergüenza. Luego llegó el que parecía ser la pareja de una de ellas, pero no tenía muy claro de cual de las dos era. Se sentó en medio, me miró y me sonrió. Me preguntó ¿se han portado bien?. Y yo le dije no. ¿Pues que han hecho?, me dijo. Se han drogado le contesté. Entonces se levantó el tío violentamente y les pego una bofetada a cada una. Me quedé estupefacto, mi intención no era esa, sino hacer una broma. Me enfrenté a él y una de la chicas me reprendió. "Déjale que nos pegue nos lo merecemos, hemos sido malas, muy malas y merecemos ser castigadas". Yo seguía alucinado con lo que estaba viendo y oyendo. No sabía que decir. La otra chica se acercó a mí y me dijo: ¿Quieres pegarnos tú también?. Dios que idiota había caído en su juego, era un trío vicioso que le gustaba el sado. Salí huyendo de allí y pedí otro gintonic. Vaya noche. Me fui a las 5, estaba lloviendo. Me encantó. Buen día, si señor. 

No hay comentarios: